Feliz Décimo Aniversario
Hoy quiero felicitar a toda la comunidad educativa del C.E.I.P. Carmen de Burgos, que celebra con alegría e ilusión su décimo aniversario.
Diez años ya, y parece que fue ayer, cuando un nutrido grupo de profesores, entre los que me encontraba yo, llegamos al Centro como definitivos. Era un Centro muy joven, llevaba poco funcionando, nos enganchamos al carro, como se dice coloquialmente, gracias a la buena acogida de las compañeras y compañeros . Tengo que decir que en este Centro he vivido una etapa profesional muy gratificante, hay un equipo humano excelente, trabajador e incansable, dispuesto siempre a dar lo mejor de sí mismos por la educación.
Ese trabajo silencioso y fructífero hoy se nota en el barrio, las familias y el entorno que valoran vuestra dedicación y esfuerzo por transmitir valores, y trabajar por conseguir una sociedad más humana, justa e igualitaria.
Me congratulo de haber sido parte del equipo y de vuestra amistad. Felicidades a todas y todos.
Paqui González
MIS ÚLTIMOS AÑOS EN EL “CARMEN DE BURGOS”
Ya llevaba muchos años en la enseñanza. Interino en Ciudad Real, provisional en Écija, definitivo en San Pedro Alcántara… Un puñado de años de delegado y responsable sindical me habían hecho visitar numerosos colegios e institutos de la provincia y conocerlos. Al “Carmen de Burgos” llegué casi sin pensarlo, cuando, a pocos años de la edad de jubilación, circunstancias familiares me aconsejaron trasladarme a Málaga. El “Carmen de Burgos” fue mi segunda elección en aquel concurso de traslados.
Del “Carmen de Burgos” se contaban algunas cosas inquietantes. Demasiados problemas entre el profesorado para un colegio tan nuevo. Sin embargo mi primera visita me tranquilizó. Un equipo directivo joven y competente y unos cuantos profes con los que me encontré no podían ser tan problemáticos. Y efectivamente no lo eran. Un interés común en superar problemas del pasado había ido creando un ambiente mejor donde convivían, convivíamos, en equipo, maestros con años de experiencia y maestros recién llegados a la enseñanza.
Realmente se trabajaba bastante en equipo. Infantil y cada ciclo de Primaria (el tercer ciclo se estaba prácticamente formando) se coordinaban con ilusión. Compartí la ilusión de enseñar en el segundo ciclo con muy buenos compañeros y compañeras: Inma, Mª José, Charo, Paqui, Ana, Pepe, Miguel, Conchi, los especialistas, Javi, Juan, Susana la seño de música, el Teacher, las seños de Reli,… Luego llegarían en mi último año Maribel, Belén, María, Tania, Rocío, David… y luego todos los demás, buenos compañeros, buenos maestros, buena gente…
Y luego estaban los niños, como todos los niños, nuestra vocación. Niños trabajadores y menos trabajadores, inquietos, tranquilos, curiosos, colaboradores,… alguno problemático, pero niño al fin… Hijos de familias de un barrio nuevo que se estaba formando, con sus proyectos, con sus problemas, con sus infraestructuras aun en creación, gente en su mayoría joven, preocupada por sus hijos, colaboradoras.
He tenido la suerte, la gran suerte, de contar con buenos grupos de alumnos y con familias implicadas en el desarrollo y aprendizaje de sus hijos. No quiero citar los nombres de los veinticinco alumnos que cogí en 3º y 4º y con los que terminé en 5º pero todavía tengo muy presentes en la memoria sus nombres y sus rostros. De todos.
Con ellos compartí clases de Lengua, Mates, Cono, Valores, Ciudadanía, fiestas, excursiones, el día de esto y de lo otro, el calor del aula, el sol y el viento del patio de recreo, las filas, las escaleras, la mediación en sus conflictos, sus problemas en el aprendizaje, sus problemas en la familia, sus proyectos y alegrías infantiles, en definitiva su cariño.
A lo largo del curso siguiente a mi jubilación visité el colegio con frecuencia y sentí la alegría y el abrazo de todos ellos. Me invitaron a su fiesta de graduación y verlos a todos allí fue una gran satisfacción.
Compañeros, niños, familias del “Carmen de Burgos” fue para mi un placer y un honor terminar mis años de docencia activa en vuestro cole, nuestro cole. Un abrazo.
Paco Gallego.
LA VOZ DE MI COLE 